Para el estudio de los combustibles en una turbina de gas con aplicación en la industria aérea, se deben tener en cuenta dos tipos de propiedades básicas: físicas y químicas.
Las físicas son fundamentalmente la volatilidad, grado de atomización y viscosidad. Las químicas: estabilidad, acción corrosiva y formación de residuos. Volatilidad, es la tendencia de un combustible a evaporarse a una cierta temperatura. Se mide mediante la presión de vapor REID. A mayor presión de vapor, más volátil. Este concepto está íntimamente relacionado con el de "Flash Point" de un líquido volátil, el cual es la menor temperatura a la cual se puede vaporizar para formar una mezcla combustible con el aire. Para medir el Flash Point de un líquido se requiere una fuente de ignición, recordando siempre que cuando se retira esta fuente de ignición, el vapor del líquido podría dejar de quemarse.
Estabilidad, es la resistencia que presenta un combustible a descomponerse a altas temperaturas. La acción corrosiva del combustible se debe fundamentalmente al azufre que el quemarse forma dióxido de sulfuro, que al mezclarse con agua forma ácido sulfuroso, muy corrosivo sobre las superficies del motor. Para resultados catastróficos la oxidación requiere de la presencia de Na2SO4 y Mo, W y/o V. La tasa a la cual la corrosión se desarrolla tiene una relación directa con la temperatura. A temperaturas mayores de 1500 °F, el ataque por sulfidación ocurre rápidamente (la sulfidación es la acción corrosiva derivada de la acción del azufre con metales alcalinos). Para temperaturas menores y combustibles con la presencia de vanadio, la oxidación catalizada por el pentoxido de vanadio sobrepasar los efectos de la sulfidación. Los residuos de carbón es una medida de los componentes de carbón dejados en el combustible una vez que los componentes volátiles se han vaporizado.
En un principio los constructores de motores a reacción creyeron que podrían utilizar cualquier clase combustible. La primera especificación británica relativa al combustible para turborreactores, hacía referencia a un keroseno clásico cuya temperatura de congelación fuera de – 40 °F. La Marina Norteamericana utilizó gasolina para alimentar sus primeros aviones de reacción, pero la corrosión causada en las turbinas por el teatrilo de plomo, así como su gran volatilidad, originó grandes problemas. La primera especificación norteamericana de combustible para turborreactores fue la JP-1 emitida en 1944 y que en 1950 recibió la nueva designación MIL-F-5616. Por su parte los franceses manejan la especificación TRO. En cualquier caso, se trata de un producto procedente de la destilación del petróleo crudo, semejante al petróleo parafínico lampante, que tiene como temperaturas inicial y final de de destilación 170 y 300 °C, respectivamente. Dos razones motivaron su elección:
- Al efectuarse la alimentación de los inyectores de presión, no era necesario, como en al motores con carburador, que el combustible fuese muy volátil
- Aumentaba la seguridad de vuelo al disminuir la volatilidad (peligro de incendio)
El keroseno se obtiene por destilación del petróleo entre 175 y 265 °C, su peso específico es de 0,83 kg/dm3 y poder calorífico de 10133 kCal/kg. Su presión de vapor es unas 20 menor que la del JP-4, es decir su volatilidad es muy pequeña. Desarrolla electricidad estática a su gran viscosidad. Arde en contacto con superficies de más de 200 °C.
Posteriormente se han desarrollado el JP-3 y JP-4 para llegar al keroseno más utilizado, el JET-A-1 (según la ASTM). Este JET-A-1 también es conocido como JP-1 A ó MIL-J-5616. El JET-A-1 tiene una presión de vapor muy baja, su densidad varía de 775 a 840 kg/m3, punto de congelación -50 °C, punto de inflamación de 38 °C y un poder calorífico de 10200 kCal/kg. Es incoloro o ligeramente amarillo.
El JP-4 ó TR4 es más inflamable que el keroseno, pues en tanto que en éste la inflamación puede producirse a los 30 °C, en el JP-4 puede hacerlo desde los -20 °C. La norma del JP-4 tolera hasta un 5% en olefinas y hasta un 25% de aromáticos, aunque suele contener del 7 al 17%. Se dice que en general el JP-4 se puede obtener con una parte de gasolina y tres de keroseno, con adición de cierta cantidad de productos destilados. El JP-3 por su parte, puede obtenerse mezclando dos partes de gasolina con una de keroseno. Por lo tanto una de las desventajas del JP-3 es su elevada volatilidad.
Los combustibles JP-5, 6 y 7 vienen a satisfaces condiciones de volatilidad más exigentes (vuelos a grandes velocidades) frente a peligrosos calentamientos. Por ejemplo, para vuelos cercanos a Mach 2, existen problemas de estabilidad térmica del combustible con temperaturas próximas a 90 °C en los depósitos y 200 °C en las bombas. A estas temperaturas, la eficacia de los filtros y los termointercambiadores está mermada por la auto-oxidación, fenómeno que se acentúa en presencia de cuerpos microscópicos. La volatilidad se reduce mediante la presurización del depósito.